Acceso directo
Palabras clave
Rodríguez García, «Antón», Antonio | Reseñas históricas | Arte, cultura y deporte | Escultores | Candás | Carreño | Comarca del Cabo Peñas | Centro de Asturias | Costa de Asturias | Asturias | Principado de Asturias | España | Europa.
Descripción
«Antonio Rodríguez García (1911-1937), más conocido como «Antón», constituiría una figura de importancia capital en la historia del arte asturiano de no haber sido por su precipitada muerte» (Patricia Fdez. Secades).
Este escultor nació en la localidad pesquera de Candás, capital del concejo asturiano de Carreño, el 16 de febrero de 1911 en el seno de una familia humilde.
Ya de niño muestra admirable disposición y destreza para todo lo relacionado con el dibujo y las manualidades. Trabaja como mozo de los recados en el Casino de Candás, donde tiene acceso a algunas revistas ilustradas del momento, que le servirán de valiosa fuente de información sobre temas artísticos. En 1924, terminados los estudios primarios, ayuda a su padre en labores de albañilería. De este periodo de niñez y adolescencia se conservan numerosos dibujos, pinturas, relieves y esculturas. Un interesante conjunto, variadísimo por la temática, los formatos, los recursos y los medios plásticos empleados, que aparte de su valor intrínseco es singular testimonio de su precoz y exquisita sensibilidad, su voraz curiosidad, su irrevocable firmeza de carácter y su extraordinaria capacidad de trabajo. Con la intercesión del pintor Evaristo Valle consigue respaldo económico del industrial conservero Alfonso Albo, lo que le permite trasladarse a Madrid, donde se establece en 1931, con la intención de ingresar como alumno en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Asiste a las clases de dibujo del Círculo de Bellas Artes y colabora como ayudante en el taller del escultor Juan Cristóbal. En 1933 instala su propio estudio junto al pintor uruguayo Alejandro Metallo. Enamorado de su tierra y particularmente de su villa natal, alterna sus estancias en la capital con otras en Asturias. En el verano de 1936 le sorprende la guerra civil en Candás, donde es detenido y encarcelado en la iglesia parroquial, salvando de la destrucción su valioso retablo churrigueresco. Se le traslada posteriormente a Murias de Candamo, confinándosele en un campo de trabajo. Víctima inocente de los horrores de la guerra, muere en la primavera de 1937, cuando apenas contaba veintiséis años.
Se trunca así una brillante trayectoria cargada de futuro. No obstante, Antón fue un trabajador infatigable, que ha dejado una obra sorprendente tanto por su volumen como por su madurez.
Desde 1928, año en el que participa en el IV Certamen Provincial del Trabajo de La Felguera (Langreo), concurre a varias exposiciones, entre las que cabe destacar las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de 1932 y 1936, a las que presenta un busto en bronce de «José Fernández Suárez» y la talla en madera «Rapacina», respectivamente, y al madrileño 12 Salón de Otoño de 1932, con la impresionante talla en madera «Mi Güela».
El único estudio en profundidad realizado hasta la fecha, en el que se contemplan aspectos biográficos, se recogen datos bibliográficos y se analiza la trayectoria artística de Antón desde diversas angulaciones, se debe a Dolores Villameriel Fernández y ha sido editado por el propio museo. Su autora señala dos periodos creativos en la trayectoria del escultor, cuyo ecuador lo marca precisamente su traslado a Madrid en los primeros meses de 1931. El primero, que arranca en 1928, cuando Antón construye su particular estudio, una construcción de madera en la huerta de la casa familiar, se corresponde con una etapa de formación autodidacta, en la que trabaja guiándose fundamentalmente por su innegable instinto escultórico y su innata sensibilidad artística. El segundo, que concluye con su muerte –a los 26 años de edad–, es una fase muy abierta a las influencias externas directas, como corresponde a la formación y a la información que va completando y recibiendo. Se trata, en definitiva, de un periodo de afianzamiento, de búsquedas, de hallazgos, durante el cual se somete, con plena consciencia, a un constante autoanálisis y a una depuración continua.
Desde el punto de vista de la técnica, puede afirmarse que Antón es un escultor de oficio, que domina a la perfección numerosas técnicas, desde la talla al modelado, un apreciable pintor y un notable dibujante. Estilísticamente, si bien no puede hablarse de características unitarias, ni de plena madurez, al tratarse de una obra interrumpida en pleno desarrollo y de límites muy abiertos, sí es posible determinar algunas constantes, aparte de unos rasgos, de unas maneras, y unos aciertos presentes en sus piezas y relevadores de su innata facilidad y de su manifiesta y acusada personalidad. En un plano más general, su honda preocupación por reflejar la realidad social, la idiosincrasia, las costumbres y los tipos de su pueblo asturiano, y en el plano más operativo la simbiosis del sabio orden compositivo, del equilibrio de masas propios del clasicismo, con la riqueza de matices, la dinámica de volúmenes y la fuerza del expresionismo, siempre dentro de un cierto realismo tradicional. Estos invariantes son comunes a toda su trayectoria. En efecto, su escultura temprana se encuentra a caballo entre un clasicismo en la línea de los catalanes no mediterraneístas, como Juan Borrell, Viladomat y Soriano Montagut, y un realismo de tinte expresionista, que hunde sus raíces en la escultura barroca española y se mantiene bastante alejado de la frialdad academicista. En su etapa madrileña pervive el clasicismo, aunque entreverado por el realismo sobrio, sin duda fruto del contacto con la obra de Juan Cristóbal y enriquecido por hallazgos y aportaciones genuinamente personales.
Es difícil caracterizar temáticamente la obra de Antón. En una primera aproximación podrían distinguirse dos grupos principales: retratos y piezas de inspiración social. El retrato es un género que Antón cultivará a lo largo de toda su trayectoria artística pero, como fino y constante observador de todos los tipos humanos, frecuentemente sus piezas trascienden lo individual para rozar lo genérico, característica que hace ciertamente borroso el límite de los dos conjuntos temáticos señalados. En el orden de las preferencias iconográficas, dentro del primer bloque abundan los retratos infantiles y dentro del segundo es tal la variación que podrían establecerse nuevas divisiones clasificatorias, según enfaticemos los aspectos folclóricos, costumbristas o mitológicos presentes en sus obras. Algunas piezas singulares, hechas por encargo, con carácter funerario o de temática religiosa, completarían este breve despliegue temático e iconográfico.
El Centro de Escultura de Candás «Museo Antón» reúne más de 350 piezas de este artista, entre pinturas, dibujos, útiles de trabajo y documentos. En su mayoría proceden de la donación de sus familiares y herederos, aunque es de reseñar y agradecer el paulatino enriquecimiento de la misma merced a la donación y a los depósitos permanentes de colecciones particulares o de colecciones institucionales. Pinturas, fotografías, grabados, esculturas y también documentos en variado soporte, procedentes de donaciones, depósitos y compras, han ido formando y engrosando las colecciones. Entre ellas merece destacarse la de escultura al aire libre.
Aunque el Centro de Escultura de Candás, Museo Antón, no tiene un carácter estrictamente monográfico, sin embargo, la presencia de obras de Antón ante el público es continua, no sólo porque la más amplia de las salas del museo esté dedicada a la exhibición permanente de una parte sustancial y representativa de la misma, sino también por las sucesivas exposiciones centradas en su figura que se han ido celebrando y está previsto celebrar. Con estas muestras se pretende revelar aspectos más específicos de la producción pictórica, dibujística o de artes aplicadas del artista y exhibir obras singulares y destacables pertenecientes a colecciones particulares.
La muestra permanente de Antón en el museo reúne una selección de piezas escultóricas realizadas entre 1928 y 1936 y abarca prácticamente la totalidad de temas, las técnicas y quizá las preocupaciones, las presencias y las sugerencias ya reseñadas en su semblanza biográfica y estilística. Junto a estas piezas emblemáticas y exacerbadamente expresionistas como «Mi Güela» o «La Señora Isabel», o tan finamente irónicas y escrutadoras de la peculiaridad asturiana como «Rapacina», «Fin de Romería» o «Antroxu», el visitante puede encontrar obras llenas de gracia, delicadeza e intimidad, como los retratos de «Oscarín» (1929) y «Maruja» (1934), junto a otros tan firmes y tan bien resueltos técnicamente como «Alfonso Albo», «Evaristo Valle» y «Lola», sin olvidar esculturas tan sugerentes como «Arrapiezo dormido» (1930) o «Pasando hojas» (1930).
Con estas y otras obras escultóricas se exhiben también algunos dibujos, acuarelas y piezas pictóricas donde aparte de la frescura y seguridad con la que están tratados los paisajes o los retratos, es de destacar la amplia variedad de materiales que Antón utilizó como soporte. Una vitrina con herramientas, documentos y objetos personales satisface también ese sano fetichismo que todo avezado visitante de museo posee.
Fuente: Centro de Escultura de Candás - Museo Antón (Ayuntamiento de Carreño). Plaza del Cueto - 33430 Candás. Tfno. 985 87 18 00. Fax 985 87 19 01
Concejo de Carreño
Una capital que es Villa de Olímpicos, tradición conservera y marinera, la devoción al Cristo, la inspiración clariniana, la pintura, la escultura, las coloristas paneras, las playas y miradores, la sardina, la buena cocina… todo un universo llamado Carreño.
Los concejos (municipios) que limitan con el Concejo de Carreño son: Corvera de Asturias, Gijón y Gozón. Cada uno de estos concejos (municipios) comparte fronteras geográficas con Carreño, lo que implica que comparten límites territoriales y pueden tener interacciones políticas, sociales y económicas entre ellos.
Comarca del Cabo Peñas
Es el territorio más septentrional de Asturias, en pleno centro de la costa regional, y ubicado entre Gijón y Avilés. Tanto Carreño como Gozón, los dos municipios que integran esta comarca, son lugares de gran tradición marinera.
La comarca está conformada por uno o varios concejos (municipios). En este caso: Carreño y Gozón. Los concejos representan las divisiones administrativas dentro de la comarca y son responsables de la gestión de los asuntos locales en cada municipio.
Conocer Asturias
«La riqueza natural de Asturias se ve complementada por su patrimonio cultural y su tradición gastronómica. La región cuenta con una gran cantidad de pueblos y aldeas con encanto, donde las casas de piedra y las calles empedradas evocan un ambiente tradicional. Oviedo, la capital de Asturias, es una ciudad con un casco antiguo bien conservado, donde se encuentran impresionantes monumentos históricos como la Catedral de San Salvador y el Monasterio de San Pelayo.»
Resumen
Clasificación: Reseñas históricas
Clase: Arte, cultura y deporte
Tipo: Escultores
Comunidad autónoma: Principado de Asturias
Provincia: Asturias
Municipio: Carreño
Parroquia: Candás
Entidad: Candás
Zona: Centro de Asturias
Situación: Costa de Asturias
Comarca: Comarca del Cabo Peñas
Dirección: Candas
Código postal: 33430
Web del municipio: Carreño
E-mail: Oficina de turismo
E-mail: Ayuntamiento de Carreño
Dirección
Dirección postal: 33430 › Candas • Candás › Carreño › Asturias.
Dirección digital: Pulsa aquí